¿Quién no ha tenido miedo alguna vez en su vida?

El miedo cumple una función de supervivencia en el cerebro, es tu sistema de alerta ante cualquier emergencia que podría suceder en tu entorno, para que no sufras algún daño físico o psicológico.

Por lo general se da con mayor frecuencia en períodos de estrés constante, como por ejemplo en temporada de estudios en caso de un estudiante, o en temporada de mayor demanda en caso de los trabajadores.

El problema surge cuando esos miedos no pueden ser controlados, y se te hace muy difícil disfrutar de las cosas que más te gustan por miedo al prejuicio de la gente u otro miedo.

Y es en este caso cuando se necesita buscar ayuda.

Jugar fútbol con amigos, salir a disfrutar con tu familia, despejar tu mente de la rutina ahora son solo recuerdos de tiempos hermosos en los que solías disfrutarlos.

Quizás ahora estás imaginando como sería retomar tu vida, si te atreverías a hacer algo que tanto deseas pero que por incertidumbre no quieres hacerlo.

Pero bueno, se acabaron las tardes de lamento en las que solamente te dejabas llevar por el miedo. Es momento de disfrutar tu vida porque te lo mereces, porque para eso estás vivo.

Primero que todo hay que aceptar el hecho de que tienes miedo, aunque no sepas el origen.

Aceptar tu miedo es un gran paso para empezar a solucionar este problema, lo recomendable es que lo asumas y luego lo converses con alguien de confianza para que te ayude en este proceso.

Una vez asumido, algo que es muy efectivo en estos casos es cuestionar tu miedo. ¿Por qué siento miedo? ¿De qué me sirve sentirlo?

Respondiendo estas dos preguntas desenmascararás tu incertidumbre, quizás no logres encontrar el origen, pero sí descubrirás que es algo innecesario y tu mente ahora cambiará la perspectiva respecto al miedo.

Desafía a tu miedo. Atrévete a retomar tu vida y a volver a disfrutar las cosas que te hacían tan feliz, si vuelves a sentir miedo, recuerda las respuestas que les diste a las preguntas anteriores mientras respiras hondo con los ojos cerrados.

Al principio quizás el miedo se apoderará de ti, pero no durará mucho porque tú no lo permitirás. Si alejas tu miedo, tu mente te lo agradecerá y podrás volver a sentir lo que había desaparecido.

Felicítate por vencer tu miedo y retomar tu rutina diaria, eso subirá tu autoestima y será más difícil que tu problema vuelva a aparecer.

Finalmente, aprovecha el impulso para realizar cosas nuevas que tanto habías querido para cambiar tu rutina, pero que por falta de confianza no lo pudiste hacer.

Un cambio de rutina permitirá mantenerte de mejor ánimo y con una autoestima imposible de derrumbar.

Mereces disfrutar de las cosas buenas que la vida te entrega, más ahora que las puedes aprovechar porque lograste vencer tu miedo.

Como ves, el miedo es algo que con un poco de determinación y ayuda, puedes ser vencido para dar paso a una mejor calidad de vida.

¡Qué esperas! ¡Tienes toda una vida allá afuera esperando a ser descubierta por ti! ¡Recuerda que la vida está hecha para las personas que se atreven a vivirla!

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