El Poder de Creer: Puedes ir Tan Lejos Como tu Mente te lo Permita

Querer no siempre es poder, querer es persistir y persistir es poder. Creer es el primer paso para lograrlo.

Ayer, volví a correr después de mucho tiempo que no lo hacía. Y aunque me costó dar el primer paso (porque la pereza era más pesada que mis piernas), finalmente me animé a hacerlo.

Los primeros minutos fueron agotadores, el corazón palpitando a mil por hora, los órganos al máximo como si fueran a explotar, los pulmones ahogándose, y yo pensando, no sirvo para esto!, quería detenerme e ir a casa a ver una película y comer todo lo que se cruce en el camino.

Después recordé las palabras de un gran amigo y entrenador:

“No pienses en el dolor, piensa en la victoria, que aunque vayas lento vas a llegar a la meta”.

Lo hice, bajé la velocidad hasta casi caminar pero sin detenerme y volví a sentir que el aire me daba una tregua.

Empecé a recordar todos los momentos inolvidables que viví hace tiempo corriendo en la montaña y los recuerdos positivos que tenía. Mi cuerpo empezó a responder mucho mejor y de a poco volví a tener un buen ritmo….  ¡Mi propio ritmo!

¡Disfruté como los grandes! Esa sensación del aire en la cara, el cuerpo funcionando a su máximo nivel, la mente cargándose de energía, de ideas, de felicidad.

La batalla constante de convencerme de que si puedo hacerlo aunque duela. Aunque una sufra y se queje en los primeros minutos del camino, siempre disfruta la experiencia al máximo.

No hay nada mejor que hacer lo que a uno le apasiona ya sea que seamos buenos para ello o no.

Desde niños nos convencen de que si no somos buenos en algo debemos dejarlo y buscar algo más fácil. El entorno se encarga de decepcionarnos sobre sueños que queríamos perseguir, diciéndonos que no seremos buenos en ello. Hoy puedo decir con certeza, que nada en esta vida es imposible si uno cree en ello.

Querer no siempre es poder, querer es persistir y persistir es poder.

Las personas que alcanzan metas no necesariamente son los que nacieron con esa habilidad, también son los perseverantes que lucharon hasta alcanzarlo.

Sí, somos capaces de hacer las cosas que nos gustan, aunque no seamos muy buenos en eso.

Sí, podemos hablar en público, cantar en un escenario, abrir un negocio, o escribir un blog.  ¡Podemos lo que queramos!

Persistir no nos garantiza un trofeo o un Emmy pero si mucha satisfacción y ese es el verdadero éxito.

Sea cual sea tu pasión, nunca es tarde ni imposible de dedicarte a ella. Si la mente está convencida de que puede, no habrá obstáculo que la detenga. Y aunque no seas el mejor, disfrutarás de grandes momentos que te llenarán el corazón como a los mejores.

Vía: Catabela