Tendencia Deliciosa: Hacer Mindfulness Mientras Se Come Chocolate

Tendencia Deliciosa: Hacer Mindfulness Mientras Se Come Chocolate

La meditación Mindfulness es frecuentemente vista como una práctica austera (posiblemente debido a todos esos monjes que se levantan a las 4 am para meditar antes de desayunar.)

A pesar de que la simplicidad es importante, también es importante recordar que el Mindfulness se trata en primer y en último lugar sobre la compasión por uno mismo y por los demás. La austeridad forzada no debería formar parte de la práctica obligatoria.

Es por eso que en esta nota hemos decidido enseñarte una forma completamente distinta y novedosa de aplicar el Mindfulness: meditar mientras comes un chocolate. Así es, puedes meditar mientras te comes un delicioso chocolate y ¡está todo bien!

Siempre me acuerdo de esta meditación cuando ando con ganas de comer algo dulce, y pienso, en vez de comerme esta barra de chocolate con prisa y ansiedad, mejor por qué no la disfruto comiéndole de forma consciente. Es mi “meditación del chocolate”.

De buenas y primeras la meditación del chocolate puede sonar frívola y autocomplaciente. Pero, aunque sin duda es muy agradable, también tiene un significado y un valor más profundo. Te ayuda a reconectarte con tus sentidos, lo cuál es de una importancia vital en nuestro mundo frenético y acelerado.

Conectarte con tus sentidos es uno de los grandes beneficios del Mindfulness, así que cualquier cosa que acompañe el proceso es de un valor inmenso.

La Meditación Del Chocolate

Elige algún chocolate – ya sea uno que te encante o uno que no hayas comido nunca antes – Podría ser chocolate oscuro, de leche, orgánico, de muy buena calidad o de cualquier calidad que te guste. Lo importante es que escojas alguno que no comes regularmente, sino en ocasiones contadas.

Ésta es la meditación:

1. Abre el paquete, siente cómo se rompe. Inhala el aroma que sale de él. Deja que te invada ese olor.

2. Saca un pedazo del chocolate, míralo. Deja que tus ojos realmente lo observen, que lo examine, incluso que se maraville con el.

3. Cómetelo. Vé si es posible mantenerlo en tu lengua y dejar que se derrita, nota cualquier tendencia que te nazca de chuparlo. El chocolate tiene más de 300 sabores. Intenta descubrir alguno de ellos.

4. Si notas que tu mente divaga mientras haces esto, simplemente nota hacia dónde se fue y luego gentilmente muéstrale el camino de vuelta a la meditación.

5. Una vez que el chocolate se haya derretido completamente, trágatelo lentamente y deliberadamente. Siente cómo baja por tu garganta.

6. Repite este mismo proceso con un nuevo pedazo de chocolate.

¿Cómo te sentiste? ¿Te sientes más conectado con las sensaciones de tu cuerpo? ¿Quizás te sientes más lleno? Observa cómo fue tu experiencia.

Esta meditación, además de ser deliciosa, te trae al presente, te conecta con tu cuerpo y con sensaciones que rara vez tienes consciente y contribuye con tu práctica general de mindfulness y presentismo en tu vida.

¡Nada más rico que meditar así!

Via: Psychology Today