7 Beneficios de Ser Una Persona Que Dice lo Que Piensa

Muchas veces queremos expresar lo que pensamos pero no somos capaces o no sabemos cuál es la mejor manera de hacerlo, sobre todo, cuando se presentan diferencias o conflictos con otras personas. Presentamos aquí algunos rasgos que poseen las personas que saben decir lo que piensan, quienes con asertividad y cuidado, son libres en expresar su opinión: 

1. Son sinceras 

Las personas que saben decir lo que piensan en cualquier relación interpersonal que establecen son sinceras y hablan con la verdad ante todo. Es cierto que no es fácil todo el tiempo decir lo que pensamos sobre los demás o sobre ciertas situaciones. Lo importante es aprender a ser asertivos y ser lo más sinceros posibles sin necesidad de herir a los otros al dar nuestra opinión: “Si bien es cierto que nadie necesita expresar absolutamente todo lo que pasa por su mente, podemos dejar de ser lo que somos cuando perdemos la capacidad de expresar nuestros pensamientos, sentimientos y opiniones”, explica la sicóloga Carol Gilligan.

2. Cuidan su tono de voz

Las personas que saben decir lo que piensan al hablar a los otros son cuidadosas con su tono de voz. Si comenzamos a hablar con alguien y se nota en nuestro tono o en nuestro lenguaje no verbal nuestra molestia, creamos una barrera que hace que la otra persona perciba nuestro desagrado ante una situación y que no responda de manera efectiva a lo que decimos o requerimos. Si ponemos cuidado en la forma, el mensaje de fondo será mucho más aceptado y comprendido.

3. Abordan el problema en su momento

Otra cosa que tienen en cuenta las personas que saben decir lo que piensan es abordar el problema en el momento en que ocurre para resolverlo inmediatamente, o un tiempo después del suceso. Lo importante es hacerlo de manera tranquila y así poder establecer una comunicación más fluida desde el entendimiento y no desde el juzgamiento. Pero guardar por mucho tiempo lo que se piensa no es un buen hábito: “Hay que abordar el problema del comportamiento que te molesta en el momento en el que ocurre y afrontarlo con respeto. Nunca jamás hay que recurrir a insultos y resistir la tentación de generalizar en exceso”, recomienda Gilligan.

4. Expresan su opinión 

Algo que jamás hacen las personas que saben decir lo que piensan es callar o no demostrar sus opiniones o sentimientos. Pues en algún momento se presentará una situación en la que todo lo guardado salga a flote y se explote de manera intempestiva y negativa. Lo mejor es pensar en calma y a solas la manera más adecuada de expresarnos y no postergar aquello que queremos decir, siempre considerando que la otra persona también tendrá su punto de vista, diferente pero igual de respetable. 

5. Se hacen cargo de su responsabilidad

Hay que evitar culpar al otro, es decir, empezar el diálogo hablando de las cosas que ha hecho mal la otra persona, pues esto genera malestar y ella va a pensar que se le está juzgando, lo que bloquea la buena comunicación. Las personas que saben decir lo que piensan empiezan por reconocer los errores propios y por exponer los malestares con argumentos bien justificados.

6. Son empáticas

Es importante escuchar antes de hablar, ser comprensivos y entender más allá de las razones que expone el otro, lo que hace que tome cierta posición y actúe o piense de tal o cual manera. Las personas que saben decir lo que piensan son empáticas a la hora de entablar una buena comunicación con otras personas en el momento de una diferencia o de querer dar su opinión sobre algo. La manera como lo digamos y poder ponernos en “los zapatos del otro” nos permite comprender la situación de la contraparte y buscar salidas más eficaces a los conflictos.

7. Ven los conflictos como oportunidades

Las personas que saben decir lo que piensan, por más difícil que se les haga un problema, siempre intentan ver los conflictos como oportunidades. Pues están seguros que si saben llevarlos bien y dar su opinión de la mejor manera pueden fortalecer sus relaciones personales y aprender de lo ocurrido.

Via: El arte de saber vivir